- La España de Felipe II


Capítulo 20. Economía


LA AGRICULTURA: UNA ESTRUCTURA DE PROPIEDAD FEUDAL


LA PROPIEDAD DE LA TIERRA ESTABA EN MUY POCAS MANOS. El 1,5% de la población era dueño del 97% de las tierras. Cuanto más se avanzaba hacia el sur, más el campesino está sujeto al señorío, fuera nobiliario o eclesiástico. En la meseta norte, al menos el 50% de los campesinos eran propietarios, en Segovia, lo eran el 65% de los campesinos; al sur del Sistema Central, la cifra estaba entre el 25 y el 30%. La situación era mucho peor en Andalucía.

Entre los grandes propietarios se contaban el conde De Benavente, en la meseta norte; el duque del Infantado, en el meseta sur, el duque de Medina-Sidonia, en Andalucía occidental; el arzobispo de Toledo y las Órdenes Militares, en Extremadura y La Mancha.

El 1,5% de la población era dueño del 97% de las tierras.


EL CAMPO, SIN MEJORAS TÉCNICAS. No hubo mejoras técnicas, tan sólo se realizaron algunas obras de regadío. Carlos V posibilitó el riego con aguas del Tajo de varias comarcas de la zona y Felipe II creó la acequia de Écija e introdujo varias mejoras en la huerta valenciana. En las Cortes de Valladolid de 1554 se planteó el problema de la falta de regadío y se habló de traer técnicos extranjeros; pero el proyecto no prosperó. Como reflejo del signo de los tiempos tenemos el Canal Imperial de Aragón, comenzado en 1529 en tiempos de Carlos V y ralentizado en época de Felipe II, de modo que todo lo construido quedó inservible después de la muerte de este monarca y la obra tuvo que ser recuperada y ejecutada en tiempos de Carlos III, más de 200 años después.


ÉXODO A LAS CIUDADES. Los grandes propietarios utilizaron mil artimañas para expulsar de sus tierras a los pequeños campesinos, quedándose con la propiedad para explotarla directamente. Cuando estas tierras se arrendaban (muchas veces a los mismos campesinos que ya las cultivaban desde generaciones) se hacía a unos precios abusivos. Los fuertes impuestos a que fueron sometidos los agricultores tampoco ayudaban a que la gente siguieran viviendo de la tierra. Muchas gentes abandonaron el campo y marcharon a la ciudad, donde algunos encontraban algún trabajo, pero un número considerable pasó a vivir de la mendicidad, la caridad pública o la delincuencia.


MAL TIEMPO Y MALAS COSECHAS. El año 1548 fue un año de fuerte sequía, lo que agravó los problemas de abastecimiento de alimentos. El invierno de 1556 fue muy frio, mucha gente no tenía techo o  calefacción y moría por las calles. Felipe "hizo construir algunos albergues de madera para ochocientos de entre ellos y ordenó que les distribuyesen pan, cerveza, paja y leña".

En 1559 la Naturaleza tampoco colaboró con las labores del campo: lluvias torrenciales en primavera y desbordamiento del río Duero que anegó muchas tierras. En el sur de Castilla hubo escasez de granos.

Las malas cosechas también afectaban a toda Europa. En los Países Bajos en 1556-1557 tuvo lugar el peor invierno de todo el siglo; el problema también fue duro en Dinamarca, Inglaterra, noroeste de Alemania y Suecia. En 1557, en Siena la población pasó hambre. Lo mismo sucedió en Francia en 1573, lo que tuvo que ver con las matanzas de San Bartolomé un año antes; otras épocas de hambre en este país fueron en 1586-87 y 1590-91. En toda Europa, los años 1595 a 1597 fueron años de hambruna.