- La España de Felipe II


Capítulo 20. Economía


LOS PRECIOS SE CUADRUPLICARON EN EL SIGLO XVI


LA INFLACIÓN. La subida de precios está vinculada a la llegada de metales preciosos americanos. El oro comenzó a llegar a España después del descubrimiento del Nuevo Mundo, la plata a partir de 1519 y sobre todo desde mediados de siglo. De hecho, la curva de la inflación coincide con la curva de la llegada de la plata y oro de  América. E. J. Hamilton lo explica: “cuanta más moneda hay, los precios son más altos; cuanto más metal llega, más moneda hay y suben los precios”. López de Gomara, en 1557 comenta que la subida de los precios se debía "a las muchas monedas de plata y oro que de las Indias nos han venido". Pierre Vilar: "De la reforma de 1497 a la muerte de Felipe II, en 1598, la estabilidad monetaria castellana no cedió un instante; y la subida de precios perfectamente paralela a las llegadas de metal, es de una regularidad imponente, sin esbozarse siquiera un interciclo.” La inflación supuso un auténtico azote en toda España a partir de la segunda mitad del siglo XVI.

La subida de precios está vinculada a la llegada de metales preciosos americanos.

Pero el origen de la inflación no sólo está en los metales americanos, sino también al aumento de la demanda. Se necesitaban más productos a causa del incremento de la población, y al no poderlos satisfacer mediante manufacturas nacionales o un mayor y mejor desarrollo de la agricultura, los productos que estaban en el mercado eran necesariamente más caros y muchos de ellos habían de importarse. La base del problema era el aumento demográfico sin que se produjeran mejoras técnicas en la agricultura que permitieran una mayor producción. Hubo, además, épocas de malas cosechas y epidemias que agravaron la situación. 

En efecto, el alza de precios es anterior a la llegada de los metales del Nuevo Mundo. En algunas zonas de España, la inflación comienza a hacerse notar en el último cuarto del siglo XV.

Un tercer elemento para entender el proceso inflacionario son los exorbitantes beneficios que obtuvieron muchos comerciantes. 

La inflación se extendió por toda Europa. Era la primera vez que un problema de este tipo alcanzaba a tantos territorios a la vez. La subida de precios afectó particularmente a la población en los alimentos, especialmente el trigo. Para algún sector de la población (pequeños propietarios agrícolas y artesanos) la crisis económica les fue favorable, debido al alza de precios, pero la gran masa de la población vio como sus condiciones de vida empeoraban seriamente. Es la época del bandolerismo, de las insubordinaciones de los soldados mercenarios de los tercios y de las legiones de pobres pidiendo limosna en las ciudades.

En general, los grandes señores feudales vieron disminuir sus ingresos y muchos propietarios renovaron sus contratos de arrendamiento a precios abusivos para recuperar su tasa de beneficio; otros vendieron sus tierras a los burgueses, que invertían en estos bienes para adquirir títulos nobiliarios y así no pagar impuestos. Los nobles y la Iglesia sometieron a los campesinos a una carga impositiva inasumible; a veces el 75% del producto del trabajo se pagaba en impuestos. La vida de los agricultores quedó muy afectada. Muchos campesinos abandonaron el campo para ir a buscar una mejor suerte en las ciudades, lo que contribuyó a empeorar las condiciones de vida y trabajo en las urbes. A finales del siglo XVI, el poder adquisitivo de los campesinos en Francia era tres veces menor que un siglo antes, y en España la situación era aún mucho peor.


EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS. Los aumentos de precios más elevados fueron 1506-1510 y 1521-25. Se vivió una estabilidad de precios entre 1531-35 y 1576-80; incluso se produjo una bajada de precios entre 1511 y 1516, algo que no se volvería a repetir en todo el siglo XVI. Globalmente, podemos decir que se produjo un “alza moderada” de los precios en la primera mitad del siglo y “alza culminante” en la segunda mitad, coincidiendo con las remesas de plata americana, ya que fueron más cuantiosas en este último periodo.

Los precios se cuadruplicaron en el siglo XVI. En Valladolid, los alimentos costaban a mediados de siglo un 50% más que al comienzo de la centuria. En la zona de Sevilla, el incremento era de más del 100%. En 1548, año de fuerte sequía, se alcanzaron unos precios "que nunca se han visto en Castilla".

El trigo irá aumentando de precio a lo largo del siglo, multiplicando su precio por 5 ó 6 en pocos años. El trigo andaluz costaba 430 maravedís [43 euros] por fanega en 1595 y pasó a 1,401 maravedís [140 euros] sólo 3 años después. El trigo castellano, en estos años, pasó de 408 a 908 maravedíes [de 41 a 91 euros]. 


PRECIOS DE ALGUNOS ALIMENTOS.

Precios de comestibles en 1571. Fuente: Archivos de El Escorial:

Carnes vivas:

Un buey de tres años, 15 ducados [563 euros]

Un puerco, 4 ducados [150 euros]

Una ternera, 5 ducados [188 euros]

Un carnero, 11 ½ ducados [432 euros]

Una gallina, 2 reales [7 euros]

Carnes muertas:

Carnero capón, la libra a 20 maravedís [2 euros]

De vaca, de Navidad a Carnaval, la libra a 14 [1,4 euros]

Lista de precios en 1571:

Un huevo, 3 maravedís [0,3 euros]

Cabra, libra, 10 maravedís. [1 euro]

Aceite, la arroba, 12 reales (Medida que equivale a 16,133 litros) [42 euros]

Vino, la arroba, 5 reales [17,5 euros]

Arroz, la arroba, 13 reales [45,5 euros]

Una arroba de lana fina, de 17 a 21 reales [de 59,5 a 73,5 euros]

Un colchón de lana, 28 reales [98 euros]

Una sábana de estopa, 11 reales [38,5 euros]

En un subasta de comestibles en El Escorial en 1585:

La panilla de aceite, 8 maravedís. (Medida para el aceite,

equivalente a la cuarta parte de la libra). [0,8 euros]

Libra de pescado cecial remojado, 26 maravedís. (Pescado seco y curado al aire). [2,6 euros]

Libra de sardinas con cabeza, 26 maravedís. [2,6 euros]

Un celemín de sal, 48 maravedís. (Aproximadamente 4,625 litros). [4,8 euros]

En 1589:

La libra de tocino en 1589, en la contrata pública de abastos, estaba a 18 maravedís [1,8 euros] desde el 1 de enero hasta Carnaval, y a partir de ahí, a 22 maravedís. [2,2 euros] 

Precios de alimentos en 1605:

- docena de huevos, 63 maravedís [6,3 euros]

- docena de naranjas, 54 maravedís [5,4 euros]

- un pollo, 55 maravedís [5,5 euros]

- una gallina, 127 maravedís [12,7 euros]

- medio quilo de carnero, 28 maravedís [2,8 euros]

- una resma de papel de escribir, 28 maravedís [2,8 euros]

(precios en maravedís, según el profesor Luis Balbuena Castellano)