- La España de Felipe II


Capítulo 8. Países Bajos. La guerra de los 80 años.


EGMONT VIAJA A MADRID PARA PEDIR MÁS AUTONOMÍA Y TOLERANCIA RELIGIOSA, 1565


LAS POSTURAS SE RADICALIZAN CON EL TEMA RELIGIOSO, 1564. En agosto de 1564 Felipe II firmó el decreto por el que en los Países Bajos era obligatorio el cumplimiento de las resoluciones del Concilio de Trento.

Las autoridades de los Países Bajos pidieron al rey la revocación del decreto, ya que una medida así era como echar más leña al fuego. En respuesta por la obsesión española en el tema religioso, a partir de 1564 los comerciantes holandeses dejaron de comprar lana a España y lo hicieron a Inglaterra. La economía española se resintió enormemente, ya que el comercio de la lana era el pilar de la economía.


En 1565 el conde Egmont llevó a Madrid unas peticiones muy moderadas: mayor autonomía y que cesase el rigor religioso.


VIAJE DE EGMONT A MADRID, 1565. En diciembre de 1564 Guillermo de Orange se manifestó a favor de la libertad de conciencia en un discurso en los Estados Generales. Era un primer paso en su enfrentamiento con España. El temor a que España instaurase la Inquisición en los Países Bajos estaba aglutinando cada vez más fuerzas en contra.

En secreto, los nobles calvinistas se iban reuniendo preparando la insurrección armada. En enero de 1565 dieron a conocer el documento del “compromiso de Breda”, que se había elaborado en esta ciudad reunidos los firmantes con el pretexto de un banquete.

Mandaron una delegación a Madrid presidida por el conde Egmont, con unas peticiones muy moderadas, recogidas en un “Memorial” de 15 páginas, en las que solicitaban una mayor autonomía de los Estados Generales y que cesase el rigor religioso, implantándose una cierta tolerancia. Hasta los católicos flamencos veían como muy radical la política religiosa felipista.

La gobernadora Margarita de Parma escribió a su hermano diciéndole que se mostrara tolerante, que hiciera las concesiones necesarias para evitar la guerra que se avecinaba y que recibiera a Egmont "con semblante feliz y con la acostumbrada buena voluntad de vuestra Majestad".

Felipe II prometió lacónicamente al emisario considerar estas peticiones, pero, en realidad, escribió a Margarita de Parma pidiéndole mano dura ya que estaba dispuesto “a matar de 60 a 70.000 hombres para extirpar la herejía de los Países Bajos". El tema religioso era innegociable.


RESPUESTA DE FELIPE II. En marzo de 1565, después de recibir y analizar el “Memorial”, Felipe II reunió al Consejo de Estado de Madrid, donde se elaboró una “Instrucción” que Egmont debía entregar a Margarita de Parma.

Felipe II estaba molesto, pues no les agradaba que le presentasen reivindicaciones ni que le llevasen la contraria. Comentó a su secretario Pérez: "Pienso que hay motivos para investigar los propósitos de aquella gente, los de aquí y los de allá, que han animado a Egmont a sugerir estas cosas".

En el documento de “Instrucción”, el monarca permitía que se abriese un debate en los Países Bajos sobre las leyes contra la herejía. También admitió cambios en la administración, pero tan sólo serían para estudiar qué nuevos castigos se infligían a los herejes: "platique si convenia dar alguna otra forma en la manera del castigo de los hereges y desviados, no para que dexen de ser castigados, porque esto no es mi intencion, sino para que solamente se platique en si avria alguna otra forma de ser castigado". 

Algunas cosas estaban muy claras. Felipe comentó a Pérez que "en lo de la religion, le direis que me paresce que ay mucho que mirar, (…) y menos tengo que consentir, que aya mudança en ella, y en que no tendré en nada perder cien mil vidas si tantas tubiese, que consentirla". Por otra parte, el monarca aseguró que no implantaría la Inquisición en los Países Bajos y en septiembre se hablaba de una visita personal a estas tierras para ver de apaciguar los ánimos.

A Egmont le parecía que se había avanzado mucho: la religión ya no era un tema tabú, la Inquisición no se implantaría y el rey visitaría los Países Bajos en breve. Según un cortesano "está muy contento en quanto a los negocios suyos y de sus amigos, y fue muy tratado de Su Magestad".