- La España de Felipe II


Capítulo 25. Matrimonios y amantes de Felipe II


SEGUNDO MATRIMONIO. MARÍA TUDOR, DE INGLATERRA, 1554


Su segundo matrimonio fue con Maria I de Inglaterra (1516-1558) en 1554, prima hermana de su padre Carlos y, por lo tanto, tía segunda de Felipe. No tuvieron descendencia.

Aunque España ya tenía un heredero, Carlos, estaba claro que sería una persona incapaz de gobernar, pues en aquellos años se mostraba ya como una persona con un carácter irresponsable y desequilibrado. Se imponía que Felipe se volviera a casar para asegurar la descendencia.

En 1552 Carlos V buscaba una nueva esposa para su hijo. Se había pensado en María, la princesa portuguesa hija de Manuel el Afortunado. Portugal era el reino más rico de Europa y se distinguía por las dotes que daba a sus princesas. Carlos V vio aquí una buena ocasión de reponer las vaciadas arcas castellanas. María era 6 años mayor que Felipe y su prima hermana.

Felipe II y María Tudor


LA OPORTUNIDAD DE CASARSE CON LA REINA INGLESA. Pero Eduardo VI de Inglaterra falleció y subió al trono su hermana María Tudor. Tras los reveses sufridos en Alemania desde 1552, Carlos V buscaba nuevos aliados con los que mantener la hegemonía del Imperio. La reina de Inglaterra, María Tudor era su prima, y aunque él tenía ya demasiada edad para contraer matrimonio, no era el caso de su hijo Felipe.

María Tudor, por ser católica, contaba con una fuerte oposición en  su país, pero para Carlos V, el matrimonio de su hijo con María abría la posibilidad de restablecer el catolicismo en Inglaterra así como incorporar un reino importante con una posición estratégica inigualable cara a la gobernación de los turbulentos Países Bajos.

Cuando a María Tudor el embajador Simon Renard le informó que Felipe, el hijo de Carlos V, le proponía matrimonio, "ella empezó a reir, no una sino varias veces, y me miró como diciéndome que encontraba el tema muy de su agrado". Inmediatamente la reina pidió un retrato de su pretendiente y se le hizo llegar un cuadro que había pintado Tiziano en el que Felipe aparece con armadura. Este retrato está actualmente en el Museo del Prado.

María Tudor tenía entonces 38 años, una edad avanzada para la época. Por eso, "si Felipe estaba dispuesto a ser amoroso no era el deseo de ella, porque ella tenía la edad que vuestra Magestad sabia y nunca había alentado pensamiento de amor", explicaba Renard, asesor del rey, a Carlos. A lo que añadió que Felipe sería rey consorte, sin participar directamente en el gobierno de Inglaterra: "si él [Felipe] deseaba entrometerse en el gobierno del país, no podía permitirlo".

Felipe llevaba ya 8 años viudo y no le entusiasmaba demasiado contraer nuevas nupcias. Eran de todos conocidas sus innumerables aventuras amorosas. De hecho, en esta época tenía a Isabel Osorio como amante y, una vez casado, tuvo otras dos amantes más cuando se trasladó a los Países Bajos. María Tudor también era conocedora de la vida sexual de su futuro marido y así le comentó al embajador veneciano que "si no tenía un rey casto, al menos estaba libre del amor de cualquier otra mujer".

John Elder en 1554, escocés, nos describe a un joven en su plenitud. Felipe tenía 28 años. "De rostro es bien parecido, con frente ancha y ojos grises, de nariz recta y de talante varonil.

Desde la frente a la punta de la barbilla su rostro se empequeñece; su modo de andar es digno de un príncipe, y su porte tan derecho y recto que no pierde una pulgada de altura; con la cabeza y la barba amarillas. y así, para concluir, es tan bien proporcionado de cuerpo, brazo y pierna, y lo mismo todos los demás miembros, que la naturaleza no puede labrar un modelo más perfecto."


FELIPE SE CASA POR OBEDIENCIA HACIA SU PADRE. Felipe se limitó a obedecer los deseos de su padre, aún sin disponer del retrato de su futura esposa. “Ya Vuestra Magestad sabe que como tan obediente hijo, no he de tener más voluntad que la suya, quanto más siendo este negocio de [tal] importancia y calidad” consta en la correspondencia entre padre e hijo. Y es que había una serie de circunstancias en contra: María Tudor, aparte de la edad, no era muy agraciada físicamente y, además, estaba el problema de que hablaba un idioma que Felipe desconocía. Respecto a su físico, Ruy Gómez de Silva, que formaba parte del séquito de Felipe, describía así a María Tudor: "Paréceme que si usase nuestros vestidos y tocados, que se le parecería menos la vejez y la flaqueza. Para hablar verdad con vuestra merced, mucho Dios es menester para tragar este cálid". El testimonio de otro español de la comitiva iba en la misma dirección: "la Reina no es nada hermosa, pues es pequeña y mas flaca que gorda, es muy blanca y rubia; no tiene cejas; es una sancta; viste muy mal". Sandoval, cronista oficial del emperador, apuntilla: Felipe "hizo en esto lo que un Isaac dexandose sacrificar por hazer la voluntad de su padre".

Cuando se conoció la noticia, ni el Parlamento inglés ni el Consejo Real ni la Cámara de los Comunes estuvieron de acuerdo con que se celebrara el enlace. Temían que Inglaterra se viera arrastrada a las continuas y costosas guerras que la corona española mantenía por Europa. De hecho, la Cámara de los Comunes tomó la decisión de aconsejar formalmente a la reina que no se casara con Felipe.

Pero finalmente, Carlos V y María consiguieron su objetivo: la boda se celebraría. La reina inglesa tenía entonces 39 años y Felipe tan sólo 26. La boda se celebró por poderes, actuando como representante de Felipe el conde de Egmont, noble de los Países Bajos. La noche de bodas, siguiendo el ritual en estos casos, Egmont se acostó en el lecho nupcial cubierto totalmente de una armadura, lo que evitaba cualquier contacto físico.

Un sector de la nobleza se levantó en armas en la llamada revuelta de sir Thomas Wyatt. Detrás de la conspiración estaba el rey de Francia con la intención de destronar a María Tudor y que la boda no se celebrase, pero fracasó.


LAS CAPITULACIONES DE LONDRES. En 1554 se firmaron las capitulaciones en Londres. Contemplaban los siguientes puntos:

- la reina no tenía obligación de abandonar Inglaterra

- si del matrimonio nacía un hijo, heredaría Inglaterra y los Países Bajos y, caso de que Carlos (el hijo de Felipe) muriese, también los reinos bajo la autoridad de Felipe.

- Felipe sería rey de Inglaterra, lo mismo que María Tudor, pero si la reina fallecía antes que él y sin descendencia, Felipe tendría que abandonar la isla y perdería toda su autoridad en el trono inglés.

- Inglaterra no estaba obligada a participar en ninguna guerra

- ningún cargo inglés sería ocupado por extranjeros (léase: españoles)


UNA COMITIVA DE MILES DE PERSONAS PARA ACOMPAÑAR A FELIPE. La comitiva que acompañó a Felipe en su viaje a Inglaterra estaba formada por entre 3,000 y 5,000 personas, además de los 6,000 soldados y marineros que hacían la escolta de la flota. A Felipe aún le parecía que eran pocos, pero al final le convencieron de lo contrario. Al final la comitiva se fijó en 4,000 personas que iban en 70 grandes navíos y otras embarcaciones menores, así como 30 buques de guerra que hacían de escolta. Más bien daba la impresión de que iba a invadir Inglaterra y no a contraer matrimonio. El 13 de julio salían del puerto de La Coruña y llegaron a Southhamptom al cabo de una semana. Su hermana Juana, vino de Portugal para hacerse cargo de la regencia de España. Carlos V nombró a su hijo rey de Nápoles para que tuviera el mismo status (dignidad real) que su futura esposa.


LOS ESPAÑOLES NO ESTABAN A GUSTO EN INGLATERRA. Los españoles se adaptaron mal a la vida en la isla. Así opinaban de los ingleses: "son blancos, colorados, belicosos (...). Todas las fiestas de acá son comer y bever, que en otra cosa no entienden (...).

Porque hay mucha cerveza se bebe más que lleva agua el río de Valladolid". Las peleas entre españoles e ingleses eran habituales:

"Aunque estamos en buena tierra, estamos entre la mas mala gente de nacion que hay en el mundo. Son estos ingleses muy enemigos de la nacion española, lo cual bien se ha mostrado en muchas pendencias e muy grandes que entre ellos e nosotros se han travado". Muchas veces los españoles eran asaltados y robados. "Ay grandes ladrones entre ellos y roban a ojos vistos", comentaba Ruy Gómez. Por todo ello, "algunos dicen que querrían mas estar en los rastrojos del reino de Toledo que en las florestas de Amadis". Tampoco las mujeres inglesas eran del agrado de los españoles: “Que yo no quiero amores en Inglaterra pues otros mejores tengo en mi tierra ¡Ay, Dios de mi tierra, saqueisme de aquí! ¡Ay, que Inglaterra ya no es para mí”, decía una copla. Los españoles encontraban a las mujeres inglesas “bien feas”. Aunque no todas, pues alguno afirmaba: "yo no sé que ha sido la causa, porque fuera de palacio he visto yo algunas mugeres harto hermosas".

La ocasión era inmejorable para conseguir el retorno de los ingleses a la religión católica: en noviembre de 1554 se hacía oficial la vuelta a la fe de Roma. Felipe intentó una política de acercamiento a los sectores que le eran contrarios y excarceló a algunos de los nobles que se habían levantado contra la reina. Por otra parte, tampoco se olvidaba de la gobernación de España: la correspondencia con su hermana Juana, que hacía de regente, indicándole lo que había que hacer en varias materias, fue muy abundante.


NO FUE UN MATRIMONIO POR AMOR. La actitud de Felipe con su esposa fue en todo momento cortés y amable, pero estaba claro que físicamente no le atraía lo más mínimo. "Ha mostrado tanta dulzura de carácter y tanta amabilidad que no se podía igualar", comentaba un embajador. Ruy de Silva era de la misma opinión: “Entretiene muy bien a la Reina y sabe muy bien pasar lo que no es bueno en ella para la sensibilidad de la carne, y tiénela tan contenta que cierto, estando el otro día ellos dos a solas, casi le decía ella amores y él respondía por las consonantes” 

Estaba claro que no era un matrimonio por amor. Ambos cónyuges procuraban tener un trato correcto y cordial. Ruy Gómez: "la reina es muy buena cosa, aunque mas vieja de lo que nos dezian. Mas Su Alteza lleva tan buen tiempo y le haze tantos regalos que tengo por cierto que an de tener muy gran contentamiento los dos (...) El rey trabaja en dallo a entender cuanto mas puede porque no se pierda nada por su parte de lo que se deve hazer" (…) "el rey entiende  que no por la carne se hizo este casamiento sino por el remedio deste reyno y conservacion destos estados [se refiere a los Países Bajos”].


UN CUADRO DE UNA VENUS DESNUDA, PARA COMPENSAR. Para compensar el sacrificio realizado, Felipe encargó a Tiziano el cuadro de Venus y Adonis, en el que la diosa aparece desnuda.

Felipe se había casado por razones de Estado, no había ninguna atracción sexual y dejaba en Castilla a su amante Isabel de Osorio. Debía buscar una compensación, un regalo para la vista, un placer en las duras noches inglesas.


FELIPE PARTE DE INGLATERRA. Al cabo de unos meses parecía que María Tudor se había quedado embarazada. Felipe prometió quedarse con ella hasta el parto, aunque tenía asuntos que atender en Europa, pero el embarazo no fue tal, tan sólo una hinchazón de vientre a causa de la hidropesía, por lo que Felipe decidió finalmente abandonar Inglaterra y ir a Bruselas junto a su padre.

Partió en septiembre de 1555, poco más de un año después de su llegada a la isla. En Bruselas tuvo dos amantes, una de las cuales seguramente le dio una hija. Felipe se desquitaba ahora de la vida quasi monacal que ha llevado en Inglaterra. En diciembre de 1555 escribía el embajador veneciano Badoero: “S.M. ha estado de nuevo en casa de madame d’Aller que está reputada como muy hermosa.” Y añade: “y de la que parece que anda muy enamorado.”

Dos años estuvo Felipe en los Países Bajos y a pesar de los requerimientos de su esposa, se negaba a volver a Inglaterra. Para María la marcha de su marido fue un golpe tremendo, pues parece ser que estaba muy enamorada, a juzgar por la correspondencia entre ambos. La balada inglesa nos lo recuerda:

“Gentle Prince of Spain,

come, o, come again”

Felipe aconsejaba por carta a su esposa en los temas de política interior inglesa. Sólo visitó a María Tudor en una ocasión en 1557, cuando tuvo necesidad de pedir ayuda contra Francia. Al año siguiente moría la reina inglesa, sin descendencia. Felipe quedaba viudo por segunda vez. La aventura inglesa había terminado.