- La España de Felipe II
Capítulo 26.
UN REY FESTERO Y BAILARÍN CUANDO ERA JOVEN
En su juventud fue gran amante de fiestas, bailes, justas de caballería... y mujeres. Testimonio del embajador veneciano, año 50: "Es incontinente con las mujeres, gusta de disfrazarse por las noches, y se divierte con toda clase de juegos".
En su juventud fue gran amante de fiestas, bailes, justas de caballería... y mujeres. |
A lo largo de su vida contó con más de 20 enanos, muchos de ellos provenientes del manicomio de Zaragoza. Los enanos le divertían en extremo y siempre sintió una atracción especial hacia ellos, contrariamente a lo que le aconsejaba su padre. La enana más famosa fue Magdalena Ruiz, que vivió en la Corte entre 1568 y 1606, año en que falleció. Era una mujer enferma: tenía frecuentes ataques epilépticos y pasaba el día alcoholizada, no tenía límites y su carácter extrovertido le hizo muy famosa tanto entre la familia real como entre la gente en general. Todo esto agradaba al monarca: "Magdalena está muy enojada conmygo... diciendo que se quiere ir y que me ha matar, mas creo que mañana se le havrá ya olvidado". Sigue una descripción de la pobre Magdalena: “Ya creo que Magdalena no está tan enojada conmigo, pero ha días que está mala, y se ha purgado y quedado de muy mal humor y ayer vino acá. Y está muy mal parada y flaca y vieja y sorda y medio caduca y creo que todo es del beber”. Magdalena era muy aficionada al baile, pero estaba ya muy vieja y enferma: “Y yo digo que, aunque se le levantan los pies cuando oye algún son, se cansa ya tanto que no puede bailar. Y el otro día tuvo un desmayo y ha quedado harto flaca”. Carlos V llegó a reprender a su hijo por esta desmedida afición: “y en cuanto no haréis tanto caso de locos, como mostráis tener condición a ello, ni permitiréis que no vayan a vos tantos locos como iban, no será sino muy bien hecho”.
Otra de sus aficiones era fueron los torneos y las justas. Desde pequeño simulaba estas actividades con sus compañeros de juego. Silíceo se quejaba en 1543 de que Felipe abandonaba los estudios por los ejercicios físicos: "en lo de su estudio sé dezir que entiende lo que lee en latín, aunque va afloxando en el exercicio, asy por razon de estar ocupado en la governacion, como por entender en exercicio de armas y cavalleria". Uno de los libros más leídos por el joven príncipe fue 'Amadís de Gaula'.
Organizó muchos torneos a lo largo de su vida. Gonzalo Pérez en 1544 señalaba que "el principe está bueno y el mes de marzo hizo un torneo y ayer otro, en el campo, muy regocijado, en que había pocos menos de ciento".
No le gustaban los toros. En esto coincidía con su bisabuela, Isabel de Castilla. En 1566 las Cortes de Madrid le pidieron que prohibiera este espectáculo, pero Felipe se negó aduciendo que era una costumbre tradicional. En 1568 permitió que se publicara en España un edicto del papa que condenaba la fiesta de los toros, pero no hizo nada más. Sólo acudió por cortesía y en muy pocas ocasiones a las corridas celebradas en la Corte. Cuando se casó con Anna en 1570 prohibió este tipo de actos en su boda.
También era muy aficionado a la música y tuvo como profesor en esta materia al granadino Luis Narváez, quien le enseñó a tocar la vihuela.