Catedral de León


Un poco de Historia: una catedral con muchos problemas de construcción


UNA CATEDRAL ENCIMA DE UNAS TERMAS DE ÉPOCA ROMANA. En época romana, el espacio de la actual catedral estaba ocupado por unas termas y otros edificios públicos del siglo II, que siguieron en uso hasta el siglo IV. Asociado a las termas había un sistema de letrinas. Los restos de estas construcciones romanas aparecieron durante la restauración de la catedral en el siglo XIX. En 1996 se produjeron nuevos hallazgos arqueológicos junto a la fachada sur. Mosaicos, tégulas (tejas) y cerámicas de las termas romanas se exponen en el Museo Catedralicio.  El lugar era adecuado para la construcción de termas, pues se halaba entre los ríos Torío y Besnesga.

En época romana, el espacio de la actual catedral estaba ocupado por unas termas


La ciudad de León tiene su origen en un campamento militar romano de la Legio VI Victrix (Sexta Legión Victoriosa) del año 29 a.n.e. En la zona de la catedral se encontraron los restos de una torre de 12,80 metros de largo por 5 metro de ancho que daba acceso al campamento. Otra puerta de entrada ha quedado bajo la calle, que durante la Edad Media era una de las puertas de entrada a la ciudad.


LA PRIMITIVA CATEDRAL PRERROMÁNICA, EN AGRADECIMIENTO POR UNA BATALLA CONTRA LOS MUSULMANES. Tras conquistar la ciudad a los musulmanes en el 856, Ordoño I utilizó lo que quedaba de las termas para construir su palacio.  Con Ordoño II se construyó el primer edificio de culto en el 916, en agradecimiento a Dios por la victoria en la batalla de San Esteban de Gormaz (Soria) frente a los musulmanes. El nuevo templo fue la sede de una congregación de monjes benedictinos. Ordoño II fue enterrado dentro del recinto sagrado, como era lo habitual con los grandes dignatarios de la época.

Ordoño II de León (c. 871-924) fue primero rey de Galicia, territorio que formaba parte del Reino de León gobernado por su padre Alfonso III, y luego rey de León desde el 914 hasta su muerte en el 924. Consolidó la sede de su reino en la ciudad de León, que hasta entonces se ubicaba en Asturias. En el 909 los tres hijos de Alfonso III se rebelaron contra su padre y se repartieron sus posesiones: a Ordoño le correspondió Galicia. A la muerte de su hermano sin descendencia, Ordoño heredó el Reino de León. Realizó varias expediciones contra los musulmanes del sur en la zona de la actual Extremadura, con sobrado éxito. La reacción de Abderrahmán III no se hizo esperar. Armó un numeroso ejército, con tropas provinentes de África. Pero Ordoño II le salió al encuentro en San Esteban de Gormaz (Soria) y lo derrotó. Corría el año 916.  En conmemoración de esta vistoria se construyó la primera catedral de León.

Conjuntamente con el monarca navarro Sancho Garcés realizó varias expediciones hacia las tierras del sur. Ambos fueron derrotados por Abderramán III en varias ocasiones, pero nuevas ofensivas cristianas en el 921 lograron recuperar territorios perdidos en las actuales Soria y La Rioja.

Ordoño II murió en el 924 y fue sepultado en la catedral de León. Hasta el siglo XIX la misa de Alba era ofrecida a este monarca y sus sucesores. La Crónica post-Albeldense le describió como: "Prudentísimo en la guerra, justo y muy misericordioso con los ciudadanos, piadosísimo y entrañable, fuera del usual modo humano, para los infelices y los pobres y famoso por su honestidad en todos los negocios concernientes al gobierno del reino." Añade la Crónica que «no sabía descansar» (labori nescius cedere), temiendo que el ocio menguara su preocupación por los asuntos del reino. Ordoño II se sentía heredero de la España visigoda y aspiraba a su restablecimiento, adquiriendo un gran renombre que le llevó a figurar en numerosos romances y cancioneros.

Las razzias de Almanzor a finales del siglo X ocasionaron grandes daños en la ciudad y en su reciente catedral. Las tareas de reconstrucción lograron poner en pie de nuevo el centro religioso, de tal forma que en el 999 era coronado Alfonso V de León. Pero, no obstante, tras un período de crisis del reino, con grandes enfrentamientos y actividad bélica, la catedral se hallaba en un estado muy deplorable. 

Abderrahman III (891-961) fue el último de los emires y el primero de los califas de Córdoba. Convirtió a esta ciudad en el foco de  cultura y civilización más importante de Europa. El en 929 se proclamó califa, tras lo cual sometió y pacificó todos los territorios musulmanes de la Península, castigado por continuas rebeliones internas desde hacía décadas; derrotó a los fatimíes del Magreb e hizo valer su hegemonía y poderío frente a los reinos cristianos del norte de España, aunque fue derrotado en Simancas por Ramiro II de León (939). Mantuvo relaciones diplomáticas con el Imperio bizantino y el sacro Imperio Romano Germánico. El califato bajo Abderrahman III fue uno de los Estados más poderosos del occidente europeo, aunque sólo sobrevivió unos 50 años a la muerte de su fundador dando paso a los reinos de taifas.



Fue el monarca Fernando I de León (1016-1065) quien abrió un periodo de paz y expansión territorial que dio nuevo impulso a la catedral. Fernando I trasladó los restos de Isidoro de Sevilla a León, con lo que convirtió a la ciudad en un centro de peregrinación y un foco religioso de primer orden. El auge del Camino de Santiago también ayudó en este sentido.

Fernando I de León, (c. 1016-1065), era conde de Castilla desde 1029 y a partir del 1037 rey de León., cuando el entonces rey leonés Bermudo III murió en combate contra Fernando, enfrentados por los territorios fronterizos del Cea y el Pisuerga; como el primero no tenía descendencia y Fernando estaba casado con su hermana, pasó ser rey de León desde aquel momento (año 1037). 

Se enfrentó a graves problemas internos durante casi dos décadas, lo que le impidió emprender acciones de conquista hacia el sur musulmán. En 1054 se enfrentó al rey de Pamplona y lo venció en Atapuerca.

Reconquistó vastos territorios en la actual Portugal (Coimbra, 1064) y en la actual Soria, aprovechando la debilidad musulmana tras la crisis que dio lugar a los reinos de taifas; llegó a cobrar parias de las taifas más ricas (Toledo, Zaragoza, Sevilla, Badajoz). 

Realizó una gran labor organizativa y legislativa en su reino: reformó la Curia Regia leonesa, restableció el derecho canónigo visigodo, corrigió desmanes de nobles y funcionarios reales, favoreció la entrada en su reino de la Orden de Cluny y del románico europeo, trajo los restos de san Isidoro de Sevilla a León, promovió la nueva catedral leonesa... 

Al morir, dividió sus posesiones entre sus hijos. Fue enterrado en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León, con el siguiente epitafio: 

H. E. TUMULATUS FERNANDUS MAGNUS REX TOTIUS HISPANIAE. FILIUS SANCTII REGIS PIRENAEORUM ET TOLOSAE. ISTA TRANSTULIT CORPORA. SANCTORUM IN LEGIONE BEATI ISIDORI ARCHIEPISCOPI AB HISPALI VICENTIIMARTYRIS AB ABELA. ET FECIT ECCLESIAM HANC LAPIDEAM. QUAE OLIM FUERAT LUTEA, HIC PRAELIANDO FECIT SIBI TRIBUTARIOS OMNES SARRACENOS HISPANIAE ET CEPIT COLIMBRIAM, LAMEGO, VESEO, ET ALIAS. ISTE VI CEPIT REGNA GARSIAE ET VEREMUDI. OBIIT VI K. JANUARII. ERA MCIII.

(Trad. al castellano: Aquí está enterrado Fernando Magno, rey de toda España, hijo de Sancho rey de los Pirineos y Tolosa. Trasladó a León los cuerpos santos de san Isidoro arzobispo, desde Sevilla, y de Vicente mártir, desde Ávila, y construyó esta iglesia de piedra, la que en otro tiempo era de barro. Hizo tributarios suyos, con las armas, a todos los sarracenos de España. Se apoderó de Coímbra, Lamego, Viseo y otras plazas. Se adueñó por la fuerza de los reinos de García y Vermudo. Falleció el 27 de diciembre de (la era) 1103.

España en el siglo X (foto: Wikipedia)

LA CATEDRAL ROMÁNICA SÓLO DURÓ UN SIGLO. Fue la infanta Urraca (1033-1103), hermana de Fernando I, la promotora de la catedral románica, ampliándola la ocupar el espacio del Palacio Episcopal. Según el arquitecto Demetrio de los Ríos, quien realizó obras de restauración a finales del siglo XIX, era un templo de tres naves con tres ábsides semicirculares, utilización del arco de herradura como elemento decorativo (lo que supone una aportación autóctona al románico internacional), claustro en la parte norte y grandes dimensiones: 60 metros de largo por 40 metros de ancho, lo que aproximadamente nos da la proporción áurea. En su construcción participarían los mismos grupos de canteros y maestros que estaban realizando en este momento la Basílica de San Isidoro de León.

La catedral románica se consagró  en 1073, bajo el reinado de Alfonso VI (1040-1109). Tan sólo un siglo más tarde, con Alfonso IX de León (1171-1230) se produce su transformación en catedral gótica.

La catedral románica se consagró  en 1073, bajo el reinado de Alfonso VI, uno de los grandes reyes castellanoleoneses



LA CATEDRAL GÓTICA, "LA MÁS FRANCESA DE LAS CATEDRALES ESPAÑOLAS". Las obras comenzaron en 1205 y se interrumpieron durante unas décadas hasta el 1255 debido a problemas de cimentación. Al levantarse sobre los restos de las termas romanas, la cimentación de los pilares tuvo grandes dificultades, a lo que se unieron problemas de humedades y filtraciones de aguas. A lo que hay que añadir que gran parte de los sillares son de piedra caliza, de muy mala calidad y escasa resistencia a los agentes atmosféricos. Varios arquitectos de la época, conscientes de las dificultades, expresaron sus dudas sobre la idoneidad de estas obras. De hecho, a partir del siglo X, la catedral de León ha estado sometida a continuas intervenciones y restauraciones.

Inicialmente el arquitecto sería el maestro francés Simón; luego tomaría las riendas el maestro Enrique, procedente también de Francia y que ya había trabajado en la catedral de Burgos. Cuando falleció en 1277 le sustituyó el español Juan Pérez, burgalés que trabajó en la catedral de León hasta finales del siglo XIII. Debido a que dos de los tres arquitectos fueron franceses, la catedral de León nos recuerda a las de Notre Dame, Reims o Saint-Denis y ha quedado calificada como “la más francesa de las catedrales españolas”

En 1302 se abría el nuevo edificio al culto, aunque aún estaban pendientes algunas obras, pues hasta el siglo XIV no se terminaría el claustro y la torre norte. En el siglo XVI se terminó de construir la otra torre. No obstante, lo fundamental del templo se había acabado en un muy poco tiempo, lo que hace que la catedral de León tenga una gran unidad dentro del estilo gótico. 

Plano de la catedral (foto: Wikipiedia)



REFORMAS POSTERIORES POR LOS PROBLEMAS DE CIMENTACIÓN. Debido a los problemas de humedades y de la mala calidad de la piedra, se produjo un derrumbe parcial de las bóvedas de la nave central en 1631. Grandes reformas tuvieron lugar en el siglo XVII. Juan Naveda, arquitecto de Felipe IV, fue quien cubrió el crucero con una gran cúpula, pero descuidó el hastial y las capillas del sur, que no quedaron bien asentadas.

En 1694 se produjeron nuevas obras de restauración. A principios del siglo XVIII Juan de Churriguera realizó una intervención que puso en mayor peligro a todo el edificio. El terremoto de Lisboa de 1755 afectó seriamente a los maineles y a las vidrieras, además de que en la fachada sur se abrieron grandes grietas. 

En 1830 la situación era muy preocupante por el problema de los desprendimientos de piedras de ls muros y el techo. Fernando Sánchez Pertejo reforzó los contrafuertes de la fachada.  La catedral de León, la “Pulchra leonina” (la bella leonesa) fue el primer edificio declarado monumento nacional en España, en agosto de 1844, con la intención de tener un marco jurídico con el que financiar su restauración y conservación, tareas que se iniciaron unos años más tarde. 

A partir de 1857 se produjeron nuevos desprendimientos de piedras y la catedral amenazaba con venirse abajo.  La Junta General del Reino, en 1876, avisaba del peligro de derrumbe: “Todo este conjunto de fatales circunstancias hace fundamentalmente temer que este edificio, maravilla de arte, admiración de propios y extraños, no sea en breve más que un montón de escombros”.

Afortunadamente, con la restauración a cargo de Juan Madrazo y Demetrio de los Ríos a finales del siglo XIX se consiguió recuperar la estabilidad de la construcción y su esplendor original. Juan Madrazo era un gran experto en arquitectura gótica, el mejor restaurador de España en este momento.  Elaboró el proyecto de restauración, que fue ejecutado por Demetrio de los Ríos. Juan Madrazo era un personaje de izquierdas, que había apoyado a la I República española; por ello, las autoridades religiosas de León le acusaron de masón y anticatólico y lo destituyeron de su cargo en 1879. Murió pocos meses después a consecuencia del disgusto que le ocasionó su destitución.

Juan Madrazo era un gran experto en arquitectura gótica, el mejor restaurador de España en este momento. Con la restauración a cargo de Juan Madrazo y Demetrio de los Ríos a finales del siglo XIX se consiguió recuperar la estabilidad de la construcción y su esplendor original


Finalmente, Juan Bautista Lázaro acabó los trabajos de restauración del edificio y de recomposición de las vidrieras. En 1901 se abría de nuevo la catedral al culto. La restauración de la catedral de León, bajo los criterios y el proyecto de Juan Madrazo, fue la obra europea más compleja y arriesgada de su tiempo. Asimismo, la restauración de la catedral de León ha servido de modelo en Europa para la restauración de edificios que en las décadas siguientes quedaron afectados por las dos guerras mundiales. A título póstumo, Juan Madrazo recibió en 1881 la Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su trabajo en la Pulchra leonina.

En 1966 un incendio acabó con la techumbre de las naves altas; se originó con un rayo que impactó en la cubierta. En 2015 se estrenó la restauración de las vidrieras.