Valle de Arán


Tredós, iglesia de Santa Maria de Cap d’Aran


UNA IGLESIA TEMPLARIA. La iglesia se menciona por primera vez en un documento del 1198 en el que el rey Pedro I el Católico concedía varios beneficios a Santa Maria de Cap d’Aran. Fue un convento de los templarios en el siglo XIII, que consiguieron estar exentos del pago del tributo del Galin Reiau, al que estaban obligados todos los araneses.

Se conoce como “Camino de la Bruja” una ruta que se adentra en los bosques de Tredós y Salardú.

La iglesia fue un convento de los templarios en el siglo XIII


LA IGLESIA FORMABA PARTE DE UN MONASTERIO. La iglesia data del siglo XI y se rehizo dos siglos más tarde. Formaba parte de un monasterio, hoy desaparecido. Es de grandes dimensiones, comparada con otros templos del valle de Arán.

Según cuenta una leyenda, en este lugar se produjo un martirio en el siglo IV, en un espacio que abarca la cripta de la actual iglesia. Además, también se encontró en el siglo VIII la imagen de la Virgen de la Mare de Déu de Cap d’Aran, que desapareció durante la guerra civil de 1936.

Consta de 3 naves con bóveda de cañón y 3 ábsides. Es quizá el primer templo aranés con 3 naves. 

Ábsides


El campanario está apartado del resto del templo. Su base es románica, mientras que el resto es posterior. En este lugar se ha reunido en varios ocasiones el Consejo General de Valle de Arán.

En los ábsides se aprecia la influencia lombarda, con arcos ciegos y lesenas. Los canecillos presentan motivos geométricos y vegetales.

En las ventanas de los muros, en los capiteles veremos caras humanas y motivos vegetales y geométricos.

Canecillos del muro exterior


PORTADAS CON ESCASA DECORACIÓN. La iglesia tiene dos portadas con un crismón en cada una de ellas. La principal es la del oeste; la otra, más pequeña se ubica al sur y servía de acceso desde el convento a los caballeros templarios; en el crismón de esta puerta está escrito el nombre del autor: un tal Cetit.

La portada principal tiene 3 arquivoltas. Los capiteles presentan cabezas pequeñas. En el arco interior encontramos un orante. El cerrojo es de tradición románica.

El crismón es un símbolo muy anterior al cristianismo. El llamado "monograma de Cristo" (las letras XP) aparecen en un monumento a Isis en el siglo II a.n.e., en las monedas de faraón Ptolomeo, en monedas griegas, en manuscritos griegos para indicar la importancia de un texto, en monedas de Herodes antes del nacimiento de Jesús... y en estandartes del ejército romano a partir de Constantino, siglo IV, el emperador que legalizó el cristianismo.

El número 3 aparece en las religiones más diversas aparte del cristianismo con la Trinidad. Muchas otras religiones tienen también una tríada de dioses.. Los celtas tienen tres partes en el mundo. El budismo y muchas religiones de la Antigüedad (entre ellas el cristianismo) son trinitarios. El Templo de Jerusalén tenía tres partes. Pitágoras define el tres como el número más perfecto. Platón dice: “… es imposible combinar dos cosas sin una tercera, hace falta una relación entre ellas que las ensamble". 

La cabeza entre los celtas tiene un significado religioso, ya que se cree que en la cabeza reside el espíritu. La cabeza de un enemigo decapitado era un trofeo muy importante; se colocaban en las murallas o a la entrada de las casas y cumplían una función protectora frente a los invasores y los malos espíritus, al tiempo que garantiza al poblado bienestar y riqueza y nuevas victorias militares en el futuro. Asimismo, las cabezas de los grandes guerreros celtas tienen un gran poder.

Portada oeste

Portada oeste: capiteles

Portada sur


INTERIOR: PILAS BAUTISMALES Y PINTURAS MURALES ROMÁNICAS. La nave central tiene bóveda de cañón mientras que las laterales la tienen de cuarto de círculo. A finales del siglo pasado se sustituyeron por una estructura de madera. En la parte inferior del altar se ubica una cripta. Es un caso único en todo el valle. 

Conserva una pila bautismal prerrománica, que acabó destinándose para guardar el aceite. Una pila bautismal prismática tiene grabada la cara de una animal, posiblemente un pez. Una tercera pila bautismal carece de decoración. Una pila de agua bendita tiene decoración en zigzag y una figura esculpida en el interior, posiblemente un pez o una rana.

El altar se apoya en 4 columnas con bases románicas reaprovechadas.

Las pinturas murales fueron descubiertas en 1930. Datan de los siglos XI y XII y se atribuyen al círculo de Maestro de Pedret. Fueron arrancadas y llevadas la mayoría al museo The Cloisters de Nueva York, mientras que el resto pasó a manos privadas. Las pinturas reproducían la Maiestas Mariae con el Niño y una mandorla mística, san Miguel y san Gabriel y los Reyes Magos. Parece ser que fueron arrancadas y vendidas por Joan Bardolet y Ramon Gudiol.

En las religiones precristianas la mandorla es la representación de la Diosa Madre, pues tiene la forma de una vulva. La escena que se reproduce en el Románico representaría a Dios saliendo de la vulva de la Madre Tierra. Los pitagóricos tienen la mandorla como una figura sagrada: dividiendo su altura por su altura tenemos la relación 265:153, que es la raíz cuadrada de 3. Son precisamente 153 el número de peces que se pescaron en un milagro de Jesucristo.

El tema de los  Reyes Magos apenas se menciona en los Evangelios oficiales en un pasaje breve de san Mateo. En cambio, en los Evangelios apócrifos  se hace referencia a ellos repetidamente. Asimismo, es un tema muy habitual en el Románico y con mucha fuerza en las costumbres de las sociedades occidentales (la fiesta del 6 de enero). Los magos venían de oriente, y eran "magos", es decir, iniciados. Si recurrimos a la alquimia, el tema está más claro: en el proceso alquímico llega un momento en que la materia que se va transformando en una masa hojaldrada, en la que aparece dibujada una estrella de 6 puntas, y de donde saldrá la piedra filosofal. La fiesta que se celebra el 6 de enero, en Egipto, era "la manifestación del nuevo sol". 

Pintura mural (foto: Wikipedia)


En el museo Maricel de Sitges tenemos una Maiestas Domini en una mandorla.

Se ha realizado una reproducción informática de las pinturas, con una proyección de las mismas sobre los espacios en que fueron pintadas.

En el templo quedan restos de pintura mural renacentistas del siglo XVII y algo del Románico (una Virgen y Niño)

Recientemente se han descubierto en una colección privada suiza 6 frescos del románico catalán, una de ellas perteneciente a Santa Maria de Cap d’Aran.