Románico de Saldaña - Valdavia, Palencia
Arenillas de San Pelayo, iglesia de San Pelayo |
Un poco de Historia: los tamáricos, una tribu que se opuso a la dominación romana
La tribu prerromana de esta zona fue la de los tamáricos (tamaricos, kamáricos o kamaricos), gentes provenientes de la vecina Cantabria, y, a su vez, originarios del norte del Danubio (actuales Macedonia, Bulgaria y Albania). Era una sociedad matriarcal. Aparte de una agricultura y una ganadería insuficientes, se dedicaban a saquear los territorios vecinos para obtener el trigo y la cebada que necesitaban. Era característico de estas gentes el culto a las aguas (fuentes, ríos…). Estas gentes mostraron su valor y su oposición a la opresión romana durante las Guerras Cántabras; el propio emperador César Augusto tuvo que desplazarse a la zona para dirigir la contienda. En el 19 a.n.e. los tamáricos cayeron bajo el dominio romano.
En el 712 llegaron los musulmanes. Las gentes huyeron hacia las montañas palentinas y hacia el interior de Cantabria. El territorio quedó despoblado aproximadamente un siglo. Los repobladores fueron gentes de los actuales sur de Navarra, de Asturias y de la provincia de Vizcaya. A continuación, Arenillas pasó a formar parte del condado de Castilla, año 850, y del reino de Castilla, año 1065.
El nombre de “arenillas” derivaría de “arno”, que significa “colmena”.
La iglesia es lo que queda del monasterio de 1132, dotado por la familia Muño de Saldaña. Este cenobio se fundó para dar cobijo a los peregrinos y las personas de paso. En 1159 los Saldaña cesaron en su protección, por lo que el monasterio inició un periodo de lenta crisis que culminaría en el siglo XVI. De esta forma, en 1168 pasó a los premostratenses de Retuerta. La llegada de esta orden favoreció el inicio de las obras de la iglesia. Era un monasterio dúplice, con monjes y monjas.
Hasta la instalación de los premostratenses, los primeros abades no fueron clérigos sino miembros de la familia Muño de Saldaña, algo muy común en tierras del norte de Castilla.
En 1573, debido a su precaria situación económica (que imposibilitaba acometer las obras de reforma que necesitaba el monasterio) y a que el único ocupante era el abad, la abadía quedó suprimida. En las inmediaciones, un hospital que seguramente databa del siglo XIV y que funcionó hasta las desamortizaciones del siglo XIX, está documentado por estas fechas del siglo XVI. Ya en 1250 se había pedido ayuda económica para el monasterio, ya no disponía de suficientes fondos para hacer frente a las reparaciones que necesitaba su iglesia.
El siglo XIX fue desvastador. Al paso terrible de las tropas francesas a comienzos de siglo se añadió luego la Desamortización de Mendizábal en 1836. San Pelayo pasó a ser una simple parroquia.
El templo formaba parte de un antiguo monasterio
De la época románica del siglo XII se conserva la iglesia, que consta de tres naves y tres ábsides. Adosada a la iglesia, a los pies del templo, tenemos la sala capitular del antiguo monasterio. Destacan las marcas de cantero, un total de 12 de 7 tipos diferentes.
En la actualidad San Pelayo es iglesia parroquial y cementerio municipal.
Exterior: dos magníficas placas en la espadaña
La influencia mudéjar es muy clara en el exterior, con su “románico de ladrillo”.
La espadaña contiene capiteles y dos placas, una de la Virgen y Niño y otra de un Cristo Majestad con el Tetramorfos.
Virgen y Niño (foto: romanicoaragones.com). En la cultura Vinca, del 5.300 a.n.e., en el zona del Danubio, aparece una diosa con un niño en brazos. Lo mismo sucede con la diosa Nammu de Sumeria, Ishtar de Mesopotamia del 3.000 a.n.e., Semiramis de Babilonia en el siglo VIII a.n.e., Isis egipcia desde el 2.5000 a.n.e. (posteriormente adoptada en el mundo griego y romano), la Gea griega y romana, la Mater Matuta romana... Todas estas dioses son representaciones del culto prehistórico a la Madre Tierra.
Portada, una de las más bellas del románico palentino
La portada es una de las más bellas del románico palentino. Consta 7 arquivoltas, con abundante decoración: profetas, abades, artesanos, músicos, bailarines, cabezas y figuras humanas (posiblemente los constructores del templo), escenas bíblicas, combates de caballeros, monstruo devorador, posible escena de adulterio, judío…
A destacar los seis personajes que representan una escena de acuñación de moneda, aunque también podría ser la representación del proceso alquímico.
La portada consta 7 arquivoltas, con abundante decoración (foto: romanicodigital.com). El número 7 simboliza la perfección. Dios creó el mundo en 7 días, los 7 pecados capitales, los 7 dolores y gozos de la Virgen, los 7 sacramentos, etc. Muy presente en el Apocalipsis: las 7 iglesias de Asia, las 7 trompetas, los 7 cuernos, los 7 cielos, etc. Salomón dice que la sabiduría reside en una casa que se sostiene sobre 7 columnas, evocación de las 7 dimensiones de lo celeste o lo inferior.
Interior: los sepulcros
En el interior, en el arco triunfal, encontramos dos capiteles: uno vegetal y otro de dos leones.
Hay que destacar los sepulcros. Un sepulcro femenino pertenece a la familia Muño Saldaña, los fundadores del monasterio. La mujer lleva una manzana en sus manos. Frente a ella, un yacente masculino con espada y un lebrel a sus pies.
Otros tres sarcófagos trapezoidales están ubicados en el exterior; corresponden al periodo prerrománico y están decorados con motivos geométricos y un águila.
Sepulcro masculino con espada y un perro a los pies (foto: Wikipedia).
El perro tiene una significación compleja. De un lado, simboliza la fidelidad, es el guardián de la casa y de los rebaños. En muchas tumbas celtas aparecen estatuillas de perros; en China el perro Fu es el guardián de los espacios sagrados.
Pero, de otro lado, el perro aparece asociado al más allá. Seguramente ello se debe a que los perros tienen la capacidad de intuir cuando alguien va a morir. El animal acompaña a las almas al otro mundo. En Egipto tenemos al dios perro Anubis, que conducía a las almas hasta el supremo tribunal del más allá, en la India dos perros acompañan al dios Yama que juzga a las almas, para los mayas el perro ayuda a las almas a pasar el río que conduce al otro mundo o guía al sol en su recorrido nocturno, el perro catalán “dip” (palabra tomada del árabe: “dip” significa “perro”) es un emisario del demonio, en Canarias tenemos el perro infernal Guayota (el demonio), un perro negro salido de los infiernos aterrorizaba con sus aullidos a los obreros que estaban construyendo El Escorial.
La pila bautismal del siglo XIII tiene forma troncocónica invertida, de 54 cm de alto por 100 cm de diámetro, con decoración vegetal y geométrica.